Represión armada y represión sanitaria: variantes dictatoriales de exterminio
La ya habitual represión armada -policial y paramilitar- que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo utiliza para mantener vigente el terror de Estado, tiene cruel complemento: la represión sanitaria, consistente en dejar que la pandemia del nuevo coronavirus se encargue, también, de matar.
Son variantes de la política de exterminio social que la pareja gobernante implementa, criminalmente, para castigar a los nicaragüenses, para hacerles sentir que son sus rehenes, para decirles que no les perdonan la insurrección cívica de 2018, para decirles que les cobran caro la osadía de cuestionar al “comandante” y a la “compañera”.
Con ello, la dictadura aumenta la ignominiosa lista de violaciones a los derechos humanos, en grado de crímenes de lesa humanidad.
La omisión en cuanto a hacer frente a la pandemia -desde que la emergencia sanitaria estalló, en marzo de 2020, en Nicaragua-, la irresponsable conducta de negar, al inicio, la seriedad de la crisis, así como también la criminal ausencia inicial de medidas gubernamentales para tratar de contener la propagación del virus, fueron reforzadas por un torpe maquillaje de las cifras de contagios.
El régimen procuró proyectarse como una especie de milagroso modelo sanitario -con imposibles números-, lo que trató de apuntalar mediante malintencionadas convocatorias a actividades públicas de asistencia masiva -incluida, al inicio de la pandemia, una celebración para dar la bienvenida al virus-.
El instrumento para la mentira, ha sido el Ministerio de Salud (Minsa), cuyas falsas estadísticas semanales han tratado de sustentar la falacia dictatorial.
Para continuar leyendo este editorial y el resto del contenido de nuestro Boletín Informativo No. 2, le invitamos a descargar el documento completo en PDF, haciendo click en el siguiente enlace: